viernes, 4 de marzo de 2016

Un MIR de Salud Pública y Medicina Preventiva por accidente, gestionando la crisis de sus primeros meses en la especialidad…


Si me permiten, hoy voy hablar en el blog de un tema personal que, sin duda, está afectando a mis estructuras -por cierto, no tan nuevas ya-, y al que, a diario, tengo que enfrentarme para poder seguir avanzando y no desfallecer. Siendo sincero… ”apunto he estado”. Me estoy refiriendo, a la gestión del día a día, de un MIR (Médico Interno Residente) cordobés, en la especialidad de Salud Pública y Medicina Preventiva del Hospital Reina Sofía de Córdoba.
Para ello, como el aterrizaje en la especialidad fue un accidente, no me ha quedado más remedio que ponerme en situación, para poder salir ileso de esta aventura.
Dentro del sistema MIR existe la especialidad de Medicina Preventiva y de Salud Pública (eso es lo que dice el título oficial de especialista) [1]. La Medicina Preventiva es una parte esencial de la medicina moderna, que pretende entender la salud y la enfermedad desde un punto de vista colectivo (poblaciones) con intención de prevenir y controlar las enfermedades, complementando así la vertiente más tradicional de la medicina clínica (pacientes individuales, intención básica de tratar y curar).


La Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH), defiende el carácter inequívocamente médico de la especialidad, que ha quedado incluida en el tronco médico del Real Decreto de Troncalidad. Otras dos sociedades, la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) y la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), rechazan la inclusión de la especialidad en tronco alguno y abren (explícita o implícitamente) la puerta a que agrupe también a otros profesionales no médicos. El conflicto ha contaminado la postura de la Comisión Nacional de la Especialidad, que tomó parte por la postura de la SEE y SESPAS, en contra de la opinión de una buena mayoría de especialistas que trabajan en las unidades docentes y de otra buena mayoría de los MIR.  Hay confusión y recelo, en gran parte reforzado por la escasa representatividad de los miembros de las comisiones y por su sistema de designación (que no elección) en muchos casos.
La Medicina Preventiva y de Salud Pública es y debe seguir siendo una especialidad médica. El sistema MIR significa “Médico Interno Residente” y la inclusión en el tronco médico supone la garantía de que, antes de dedicarse a prevenir o controlar enfermedades, el especialista en Medicina Preventiva aprenderá cómo son estas enfermedades, los pacientes que las padecen y el trato con ellos, con sus familias y con sus otros colegas especialistas. Parte de la credibilidad que debemos tener cuando opinamos o nos ponemos en marcha sobre algunas medidas de prevención y control viene dada (y se verá reforzada) por el hecho de tener una buena base clínica. Hemos pasado por el mismo campo de entrenamiento, que no es otro que, las aulas de la facultad y los libros de medicina.
Es cierto que existen muchos profesionales que se dedican a la Salud Pública y no son médicos (veterinarios, farmacéuticos, biólogos, ingenieros, economistas, estadísticos, demógrafos, gestores,etc.). Bienvenida sea una salud pública entendida desde una perspectiva de colaboración e integración de múltiples profesionales.
Pero, ante todo, a cada uno lo suyo. Si nos enfrentamos a un brote de tuberculosis en un colegio, o hay que analizar las ventajas e inconvenientes de una nueva vacuna o relacionar la exposición a un producto químico con una enfermedad concreta. Un médico bien formado, con una buena base clínica y especializado en Medicina Preventiva es en quien yo confiaría. Así de sencillo. Es a lo que me aferro, para encontrarle sentido a mis primeros meses de gestión de una crisis.
Nunca he querido dedicarme a la Medicina Preventiva, pero lo cierto es que aquí estoy. He comprobado, que el programa de formación está adaptado a la nueva realidad europea y al decreto de troncalidad, pero habrá que seguir mejorando la formación clínica de los especialistas y, por decirlo llanamente, reforzar el papel de los médicos, en todo el campo de acción que abarca la especialidad.
Hay que seguir. No queda otra…

[1] ORDEN SCO/1980/2005, de 6 de junio, por la que se aprueba y publica el programa formativo de la especialidad de Medicina Preventiva y Salud Pública. BOE 27 de junio de 2005. 

2 comentarios:

  1. Muy oportuno el artículo. Yo creo que la grandeza y la servidumbre de esta especialidad es su amplitud ya que la Prevención es una actividad transversal que atañe a todas las demás especialidades. Meter en un mismo saco formativo a Epidemiólogos, Salubristas, Higienistas y Preventivistas lleva aparejado esto (es un Imperio con demasiadas "nacionalidades")...a mí me gusta esta visión amplia desde la medicina y luego hay posibilidad de especializaciones futuras.
    Un abrazo.

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  2. De acuerdo con lo escrito en el artículo y con lo referido por el Sr. Chejov. Mucho ánimo Paco, todo en la vida tiene un lado bueno!!

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